Los números no mienten (aunque nos gustaría que lo hicieran)
Datos de la brecha de género en España: por qué el sistema no nos jode igual
Hace unos días publiqué esto:
Y alguien respondió: “Podría poner muchos contraejemplos, pero basta con que sepas que el diseño tampoco favorece a los hombres, y es el mismo diseño el que hace que los hombres no puedan quejarse de ello.”
Y ¿sabes qué?, tiene razón.
El patriarcado también jode a los hombres, les prohíbe llorar, les obliga a ser fuertes, les niega mostrar vulnerabilidad, les dice que pedir ayuda es de débiles. Eso es una mierda y no voy a restarle importancia.
Pero cuando analizamos los datos, cuando vamos a las cifras frías y duras, hay una realidad que debemos mirar de frente: la carga no es comparable.
No porque el dolor masculino no sea real, sino porque la desigualdad estructural recae desproporcionadamente sobre nosotras. Y esto no es una opinión. Es un hecho medible, cuantificable, demostrable.
Vamos con los números.
El trabajo invisible: cuando nadie cuenta lo que haces
Empecemos por algo que todas conocemos pero que rara vez se mide: el trabajo doméstico y de cuidados.
Según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS, 2024): las mujeres dedican el doble de tiempo que los hombres a las tareas domésticas y al cuidado de familiares.
Pero vamos a lo específico, porque el diablo está en los detalles:
9,4% de mujeres se dedican exclusivamente al trabajo doméstico y cuidados no remunerados vs. 0,4% de hombres (Oxfam, 2025)
53,1% de mujeres siempre o casi siempre se encargan de la colada vs. 13,3% de hombres (Oxfam, 2025)
77,5% de mujeres cocinan todos los días vs. 32,9% de hombres (ENCT, 2015)
72% de mujeres con hijos realizan tareas domésticas diarias vs. 35% de hombres con hijos (Instituto Europeo para la Igualdad de Género)
Y ahora viene lo brutal: cuando hablamos de crianza —ese trabajo de estar presente, anticipar necesidades, acompañar— solo el 5,6% de hombres la asume de forma habitual frente al 37,1% de las mujeres (Oxfam, 2025).
En la edad media de maternidad en España (32-33 años), las mujeres asumen casi cinco veces más los cuidados de menores que los hombres: 46,2% vs. 8,7%.
Estos números no son solo estadísticas: son la radiografía de un sistema que sigue descansando sobre los hombros de las mujeres.
Y esto tiene un coste invisible que va mucho más allá de las horas: la carga mental que nadie ve pero que te consume por dentro.
Esto no es anecdótico, es estructural.
El dinero habla (y dice cosas muy claras)
Ahora vamos a lo que duele en la cuenta bancaria.
Brecha salarial en España (2024): 19,6%
¿Qué significa esto en tu vida real?
5.212,74 euros menos al año que cobran las mujeres de media
430 euros menos al mes
Las mujeres cobran de media 2.163€ vs. 2.593€ los hombres (INE, 2024)
“Pero es que muchas mujeres trabajan a tiempo parcial”, dirás. Sí. Exacto. Y eso también es parte del problema:
21,1% de mujeres tienen jornada parcial vs. 6,6% de hombres (CCOO, 2024)
¿Por qué? Porque alguien tiene que encargarse de los niños, de los padres mayores, de la casa. Y ese “alguien” somos nosotras.
Y esto tiene consecuencias a largo plazo que son devastadoras:
Brecha en pensiones: 47%
Lee esto de nuevo: cuarenta y siete por ciento.
La pensión media de las mujeres es de 1.034€ frente a 1.516€ de los hombres. Si hablamos solo de jubilación: 1.149€ ellas vs. 1.662€ ellos (datos 2024).
Esto significa que la desigualdad no solo nos acompaña durante nuestra vida laboral. Nos persigue hasta la vejez.
La factura invisible: salud mental
Los números de salud mental también cuentan una historia clara.
Las mujeres presentan mayores prevalencias de:
Mala salud mental
Diagnósticos de depresión y ansiedad
Consumo de psicofármacos
Y esto se intensifica en mujeres de grupos socialmente vulnerables (tesis doctoral sobre desigualdades de género en salud mental, Universidad Complutense).
Existe un sobrediagnóstico y sobreprescripción de psicofármacos en mujeres, que se vuelve más intenso en grupos socioeconómicamente peor posicionados.
¿Casualidad? No. Es el resultado de cargar con todo: trabajo remunerado + trabajo doméstico + carga mental + expectativas imposibles.
Entonces, ¿qué hacemos con todo esto?
Mira, podemos hacer dos cosas:
Opción A: seguir discutiendo si el patriarcado jode más a unos o a otros mientras nosotras seguimos cargando con el doble de trabajo doméstico, cobrando 430€ menos al mes y tomando antidepresivos como si fueran caramelos.
Opción B: mirar estos números a la cara, reconocer que hay un problema estructural y empezar a cambiar lo que SÍ está en nuestra mano cambiar.
No podemos cambiar el sistema de un día para otro. No podemos modificar las estadísticas del CIS nosotras solas. No podemos borrar de golpe las estructuras que perpetúan esta desigualdad.
Pero sí podemos hacer algo al respecto. Y empieza por dejar de normalizar lo que es profundamente anormal.
Empieza por:
Nombrar el trabajo invisible
Si llevas en la cabeza la lista de la compra, los deberes de los niños, las citas médicas de tu madre y el cumpleaños del jefe de tu pareja... empieza por escribirlo. Hazlo visible. Para ti primero, para los demás después.
Redistribuir sin pedir permiso
No se trata de “ayuda”. Si los datos dicen que tú haces el 72% y él el 35%, la conversación no es “¿puedes ayudarme?”. Es “esto es tuyo, yo dejo de hacerlo”.
Soltar lo que no es esencial
La casa no tiene que estar impecable. La cena puede ser un plato de pasta con tomate. Los niños pueden llevar calcetines desparejados. Elige tus batallas.
Delegar sin culpa
A la tecnología, a otras personas, a servicios si puedes pagarlos. Si un hombre puede pedir una pizza sin sentirse mal padre, tú también puedes hacerlo sin sentirte mala madre.
Poner límites pequeños pero firmes
No tienes que revolucionar tu vida entera el lunes. Basta con un “no” más cada semana. Un límite más. Un espacio más para ti.
Usar las herramientas disponibles para aligerar tu carga mental
Que la IA organice tus menús, que una app te recuerde las citas, que tu pareja gestione sus propias cosas. Y sí, las mujeres también tenemos que cerrar la brecha tecnológica que nos está dejando atrás.
No se trata de convertirnos en víctimas de las estadísticas. Se trata de usar los datos como argumento para dejar de justificarnos cuando ponemos límites.
Reconocer la desigualdad no es victimismo. Es lucidez.
Y desde esa lucidez, podemos elegir vivir de forma más ligera dentro del sistema que tenemos. Pequeños cambios. Acciones concretas. Decisiones diarias.
Porque cuando sabes que los números están en tu contra, cada carga que sueltas, cada límite que pones, cada vez que dices “esto no es mi responsabilidad”... no es egoísmo.
Es sentido común.
Los datos están claros. La pregunta es: ¿qué vas a hacer tú al respecto?
PD: si después de leer esto sientes que necesitas cambiar algo en tu vida pero no sabes por dónde empezar, probablemente el látigo lleva demasiado tiempo al mando. Es hora de que conozcas a la pluma.
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Referencias
Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). (2024). Estudio sobre uso del tiempo y reparto de tareas domésticas en España. CIS. https://www.cis.es/cis/opencms/ES/index.jsp
Oxfam Intermón. (2025). Los cuidados que sostienen la vida: Informe sobre trabajo doméstico y cuidados. Oxfam. https://www.oxfamintermon.org/informes
Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo (ENCT). (2015). Distribución de tareas domésticas en España. Ministerio de Trabajo y Economía Social.
Instituto Europeo para la Igualdad de Género (EIGE). (2024). Estadísticas sobre reparto de tareas domésticas y cuidado entre mujeres y hombres con hijos. EIGE.
Instituto Nacional de Estadística (INE). (2022). Encuesta de Usos del Tiempo.
Instituto Nacional de Estadística (INE). (2024). Brecha salarial y pensiones en España [Informe]. INE.
Comisiones Obreras (CCOO). (2024). Condiciones laborales y prevalencia de jornada parcial por sexo. CCOO.
Universidad Complutense de Madrid. (2024). Desigualdades de género en salud mental: Prevalencias de diagnóstico y consumo de psicofármacos (Tesis doctoral). Facultad de Psicología, UCM.



Hola Carol. He sido muchos años Jefe del servicio de estadisticas del Instituto de la Mujer. Permíteme una curiosidad sobre la Encuesta de Usos del tiempo.
No solo se dan las enormes diferencias que marcas en el tiempo dedicado a tareas domesticas sino que, cuando se analiza el micro dato, la mayor parte del tiempo que los hombres dedican a estas tareas... ¿A que no sabes a qué es?.... A limpiar el coche.🤦
Muchas gracias, Carol. Hemos añadido este artículo tuyo primero en la edición del Diario de hoy: https://columnas.substack.com/p/tras-4-anos-en-substack-y-60000-suscriptores
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