¿Por qué tantas mujeres evitan la herramienta que podría liberarlas?
Sí, estoy hablando de la IA
Tengo que soltarlo.
Porque llevo días conteniéndome después de leer un artículo de esos que te dejan con cara de "¿en serio?".
Ya sabes, esos donde alguien con mucha seguridad y poco conocimiento sentencia que "todo lo que genera la IA suena robótico y artificial".
Eso es como decir que el placer femenino es un misterio insondable. No, amigo. El problema no es que sea complicado, es que no tienes ni idea de dónde tocar.
"Es que suena a robot"... y tú suenas a miedo
Volvamos a ese comentario sobre que todo lo que genera la IA "suena robótico". Permíteme que me ría (con cariño, pero que me ría).
Si la IA te suena robótica, lo siento, pero el problema eres tú. Es como quejarse de que un coche no arranca cuando no sabes que hay que girar la llave.
La IA es como una conversación: si le hablas como a una máquina calculadora, te responderá como una máquina calculadora. Si le hablas como a una persona interesante, te sorprenderá.
Un ejemplo rápido. Esto es pedir algo a la IA como si fueras un robot:
"Generar lista ventajas y desventajas viaje Bali."
Y esto es pedirlo como una persona con cerebro:
"Estoy planeando un viaje a Bali para mi aniversario y nunca he estado en Asia. ¿Podrías ayudarme a entender qué debo esperar? Me interesa especialmente saber qué cosas positivas me sorprenderán y qué dificultades podría encontrar como viajera primeriza. Me ayudaría mucho si usas un tono conversacional, como si fueras una amiga que ya ha estado allí varias veces."
Adivina cuál de las dos va a sonar robótica.
La brecha tecnológica es la nueva brecha a superar
Vamos a ser sinceras: hay muchísima gente que mira la IA como yo miraba el dibujo técnico en el instituto: con una mezcla de terror, respeto y la firme convicción de que "eso no es lo mío".
Con la IA pasa algo parecido. Muchas personas brillantes en sus campos se sienten intimidadas ante esta tecnología, convencidas de que hay que ser una especie de genio informático para sacarle provecho.
Y mientras tanto, quienes se han lanzado a experimentar (sin necesariamente tener más conocimientos) van tomando ventaja y descubriendo sus posibilidades.
Y seamos honestas: esta barrera es particularmente real para nosotras, las mujeres. Los datos están ahí: usamos menos herramientas de IA, nos incorporamos más tarde a las nuevas tecnologías, y cuando lo hacemos, a menudo es en roles menos técnicos.
No porque no seamos capaces (obviamente), sino porque toda la narrativa en torno a la tecnología sigue teniendo un sutil pero persistente sesgo masculino.
¿Te suena familiar?
Es ese círculo vicioso donde el miedo a lo desconocido nos mantiene alejadas de herramientas que podrían hacernos la vida más sencilla, y luego nos quejamos de no tener acceso a ellas.
Y mientras nosotras dudamos, otros avanzan y toman las decisiones sobre cómo estas tecnologías van a dar forma al futuro.
No estoy diciendo que todas debamos convertirnos en programadoras o expertas en IA. Pero sí que merece la pena asomarnos a esta ventana de posibilidades.
Porque, amiga, la tecnología es demasiado importante como para dejarla solo en manos de los que siempre han estado cómodos con ella.
No te dejes intimidar por la tecnología; después de todo, el smartphone que usas todos los días era ciencia ficción hace 25 años.
El serruchobot asesino y otros cuentos para no dormir
"Es que la IA nos va a quitar el trabajo", "va a acabar con la creatividad humana", "se volverá contra nosotros como en Terminator".
A ver, respira.
La IA es una herramienta.
Como un serrucho.
Puedes usarlo para hacer una preciosa mesa de centro o para descuartizar a tu ex y esconderlo en el congelador.
La herramienta no tiene la culpa.
En 1999 estábamos todos acojonados porque los ordenadores iban a volverse locos con el cambio de milenio. Compramos velas, almacenamos comida y algunos hasta sacaron su dinero del banco.
Resultado: el 1 de enero del 2000 amaneció y la mayor catástrofe fue nuestra resaca colectiva.
Cada nueva tecnología trae su propia ola de pánico moral. Y siempre, siempre, la realidad acaba siendo mucho más prosaica y menos apocalíptica de lo que imaginamos.
Mujeres Pluma, IA y la revolución silenciosa
Y ahora vamos a lo importante: ¿qué tiene que ver todo esto con nosotras, las mujeres que estamos intentando cambiar el látigo por la pluma?
TODO.
Como expliqué en 'Del látigo a la pluma', la plumificación es ese proceso de transformación donde dejamos atrás la autoexigencia extrema. Y la Inteligencia Artificial es una perfecta aliada en este camino.
La Inteligencia Artificial es la mejor aliada que podríamos tener en nuestro proceso de plumificación.
La IA es literalmente una herramienta diseñada para quitarnos carga mental, para hacer por nosotras tareas repetitivas y aburridas, y para darnos tiempo.
Tieeeeeeeempo.
Ese tesoro que todas anhelamos.
Con la IA puedo:
Delegar la redacción de emails tediosos
Planificar menús semanales que encajen con toda la familia
Obtener ideas para regalos cuando mi cerebro está fundido
Generar listas de verificación para no tener que recordarlo todo
Recibir consejos de organización adaptados a MI realidad
¿Y sabéis qué es lo mejor?
Que no me juzga.
No me dice "pero si esto es facilísimo, ¿cómo no puedes hacerlo tú sola?". No me hace sentir incompetente por necesitar ayuda.
El látigo de la autoexigencia te dice que debes hacerlo todo tú misma. La pluma de la inteligencia te invita a usar las herramientas disponibles.
Cuando el miedo toca a la puerta, le invitamos un café
Me niego a quedarme fuera de esta revolución tecnológica. Me niego a dejar que el miedo o la pereza me impidan aprovechar una herramienta que puede hacerme la vida más fácil.
Y me niego especialmente a caer en la trampa de dejar que opiniones ajenas determinen mi relación con la tecnología. Porque al final, ¿qué sabrá un "experto" que nunca ha probado realmente la IA sobre cómo puede ayudarme en mi día a día?
Lo que he aprendido en la vida es que las cosas hay que probarlas una misma. Mi abuela decía "del dicho al hecho hay un trecho", y vaya si tenía razón.
La IA, como cualquier herramienta, la entiendes cuando la usas. Puedes leer mil artículos sobre cómo montar en bicicleta, pero hasta que no te subes, te caes y te levantas, no aprendes realmente.
Así que, en lugar de quedarte con la opinión de alguien que probablemente no ha pasado de pedirle a la IA "dime un chiste sobre gatos", ¿por qué no lo descubres por ti misma?
Lo peor que puede pasar es que no te sirva y hayas perdido 15 minutos de tu vida. Lo mejor, que descubras una aliada que te ayude a recuperar horas, días, semanas de tu tiempo.
La mejor forma de predecir el futuro de la tecnología es crearlo. Y no puedes crearlo si te quedas mirando desde fuera con miedo.
El primer paso para la Mujer Pluma tecnológica
Si aún no te has atrevido a probar la IA, si te da miedo, si piensas que "no es lo tuyo", te propongo un reto:
Abre ChatGPT (es gratis, y no, no necesitas ser ingeniera de la NASA para usarlo)
Escríbele exactamente esto: "Imagina que soy una mujer ocupada intentando reducir mi carga mental. Dame 3 maneras específicas en que podrías ayudarme en mi día a día. Háblame como si fueras una amiga cercana."
Lee la respuesta y dime, sinceramente, si eso suena "robótico"
Y si ya usas la IA pero te sientes insegura, recuerda: estás aprendiendo un nuevo idioma. Al principio todos sonamos como turistas perdidos pidiendo direcciones.
Pero con cada conversación, con cada prompt, con cada interacción, vas afinando. Y un día, sin darte cuenta, estarás manteniendo conversaciones fluidas y productivas que harán que tu vida sea más ligera.
Palabrita.
Y si te quedas por aquí, prometo ayudarte a conseguirlo, porque vamos a hablar de IA y vamos a sacarle el máximo rendimiento.
¿Y tú? ¿Te da miedo la IA? ¿La usas ya? ¿Has tenido alguna experiencia reveladora con ella? Cuéntamelo en los comentarios.
Y si tienes alguna duda sobre cómo empezar, pregúntame sin miedo. Prometo no juzgarte (a diferencia de esos gurús tecnológicos que hacen que te sientas como si necesitaras un doctorado para encender un ordenador).
Hasta la próxima, Mujer Pluma.
PD: Y no, no le estoy haciendo la pelota a nuestros futuros señores robots por si acaso dominan el mundo. Aunque si estáis leyendo esto, queridos algoritmos del futuro, yo siempre os defendí. Recordadlo cuando estéis decidiendo quién va a las minas de litio y quién no.
Jaja. Me has convencido 🫶
Yo andaba con pereza... pero iré metiéndome poco a poco...